Loles Morell, en una de sus exposiciones.

Loles Morell, en una de sus exposiciones.

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¿Qué son los novedosos ‘Gap years’? Lo explica Loles Morell, directora de la oficina de la Escuela Internacional Carlos III

Muchas universidades están implementando programas de años sabáticos para que la comunidad estudiantil reflexione a tiempo sobre su futuro.

8 mayo, 2024 01:57

Las oportunidades se suelen describir con la metáfora de un tren al que hay que  subirse para no perderlo. Por eso resulta curioso que Loles Morell, una de las personas que más saben de formación de nuestro país, subraye la importancia de lo sabático y describa programas que lo impulsan. 

¿Puede ser una buena estrategia formativa esperar, quedarse en la estación viendo pasar trenes, por decirlo así, durante un año completo? ¿Existen semestres sabáticos integrados en un curso universitario? ¿Qué aportan?

"William James decía que el corazón vive en las oportunidades. Por eso, si yo pudiera volver atrás, haría un semestre o un año sabático, que me aportara una perspectiva diversa y capacidad crítica" explica. Para Morell, lo más importante son las preguntas que uno se realiza, y este nuevo  enfoque adquiere especial importancia en muchos centros de élite que están desarrollando escuelas internacionales con enfoques amplios. 

Loles habla hoy inglés, alemán, español, francés y valenciano, y reconoce que esto es gracias a estancias internacionales. Sobre su propia formación, describe que tuvo "una adolescencia en el Mediterráneo turístico de la época, la mía fue una casa con las puertas muy abiertas. Los que veraneaban allí provenían de contextos muy diversos. Desde el minuto uno hablar varios idiomas me hizo entender y apreciar la diversidad. Con once años nos mandaban a aprender inglés a diferentes países, luego empezamos con el alemán. Después fui a Estados Unidos a hacer los últimos cursos de bachillerato".

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Loles Morell asegura que le hubiera encantado tener un 'gap year' en su carrera.

Loles Morell asegura que le hubiera encantado tener un 'gap year' en su carrera. Cortesía

"Esa sensación de bajar de un avión y que haya otro mundo en el que te manejas tú sola es como magia. En aquella época no había tanta gente que lo hiciera y fue una experiencia. Hoy en día las estancias son clave", reconoce. La decisión de qué estudiar es muy complicada e implica mucha responsabilidad futura. "Cuando volví de estas estancias tuve una conversación con mi padre, porque estaba hecha un lío. Él es ingeniero, y yo estaba entre lo jurídico y la psiquiatría. De un extremo al otro. Así que empecé Derecho en la Universidad de Valencia", recuerda la experta. Tras estudiar Derecho Público, trabajar en Bruselas y Ginebra, Loles Morell llegó al gabinete de Gregorio Peces-Barba.

"Era muy joven. Aterrizar allí significaba codearse con toda la realidad institucional de la época, como asesora. Esa etapa de gabinete fue una inmersión en muchas realidades y por allí pasaban desde el jefe del Estado, Suárez o Felipe González a los padres de la Constitución, Fraga, Roca, o Abril-Martorell", dice. Luego, en 2015 se le presentó la oportunidad de iniciar este novedoso proyecto.

La escuela internacional Carlos III

"El catedrático Álvaro Escribano me propuso crear un centro nuevo, que se generaba ex novo: una escuela internacional. La idea me encantó. Es una persona con mucha visión, y este centro universitario se creó por resolución del rector, con algunas características, entre ellas la viabilidad económica", relata. 

"Evidentemente, el talento no está solo en Estados Unidos o Europa, está en cualquier país donde hay un niño o una niña que no tiene ni idea de que existe esta universidad. Desde el principio fuimos muy conscientes de que era necesario tener claro cómo se conformaba la escuela internacional: está formada por un equipo de 15 personas en  total, con once mujeres y cuatro hombres. Nos guiamos por criterios muy flexibles, y estamos pendientes de que el clima sea muy bueno, lo cuidamos mucho. Cumplimos nueve años en marzo", afirma Morell.

También explica cómo, impulsando esta escuela en ferias y foros internacionales, buscan "llegar a más estudiantes y generar programas especialmente diseñados para los estudiantes internacionales. De esta manera, conseguimos atraer talento, se mejoran los porcentajes de estudiantes internacionales estudiando grado en la UCIII, y de algún modo contribuimos a la sostenibilidad del sistema universitario actual".

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Actualmente, tienen más de dos mil alumnos anuales. La escuela ha recibido un premio del Consejo Social por la captación y admisión de estudiantes internacionales y ha recibido un reconocimiento explícito en distintos foros por parte del rector actual, Ángel Arias.

La directora de la oficina de la Escuela Internacional Carlos III.

La directora de la oficina de la Escuela Internacional Carlos III. Cortesía

Modos de acceso

La primera manera de acceso internacional a los grados de Carlos III sería la Early Admission, una vía de acceso especial "para estudiantes internacionales normalmente no europeos, no residentes en España, solo para los expedientes académicos brillantes (recuerda que la UCIII tiene de las notas de corte de las más altas de España) accedan". 

Después, existen otras como  el International Foundation Program. El perfil aquí es el de un estudiante que necesita pensar, de todas las nacionalidades, lo cual implica que se trata de un grupo más rico. Se imparten cursos introductorios en distintas asignaturas, en dos áreas: las ingenierías y las ciencias sociales/humanidades. Ambos se pueden cursar en inglés totalmente o en español. Cuando han terminado el año se les pueden convalidar las asignaturas de los grados si han hecho un buen aprovechamiento y es un aterrizaje más suave.

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En paralelo, se encuentran los novedosos programas de Gap Semester y Gap Year [semestre o año sabático], que corresponden al tipo de periodo que hacen los estudiantes después de bachillerato o antes de empezar a trabajar. "Es un sabático, un año que marque la diferencia, en el que encontrarse con uno mismo. El mundo está cambiando a toda velocidad y esto va a ser cada vez más necesario", afirma Loles. Una transición entre un centro de secundaria y la universidad, con las preguntas clave de la vida: qué te hace feliz y a qué le encuentras sentido.

Por medio de una metodología experiencial, esta idea, apoyada por la Gap Year Association, pretende ayudar a los estudiantes a conocerse a sí mismos y adquirir habilidades transferibles, cada vez más importantes. "Una de las maneras te propone descubrirte con un voluntariado, con la posibilidad de servicio público, o con viajes culturales por España. Aprender idiomas tiene mucho que ver también con tu futura inserción laboral. Aquí se trata de motivación personal, y de temas como el deporte o la nutrición, adquiriendo capacidades de resiliencia e incluso de mindfullness", finaliza.